No sabía contestar a la pregunta “¿Qué quieres hacer cuando seas mayor?”
En mi primer artículo, sobre las primeras impresiones en Madrid y en Citycentro, hablaba de como todo y todas las personas que estaba conociendo me hicieron sentir como en casa desde el primer momento. Hoy, después de 8 meses aquí, no puedo hacer más que confirmar estas palabras.
Siempre digo que, hace un año más o menos, decidí aplicar al Cuerpo Europeo de Solidaridad porque no sabía contestar a la pregunta “¿Qué quieres hacer cuando seas mayor?”. En aquel momento, esta experiencia me parecía una solución para tenerme ocupada hasta finales de Julio 2022 y poder así posponer la respuesta a esta pregunta para unos meses más. En aquel periodo estaba escribiendo mi TFM y veía que mi “vida académica” estaba a punto de acabarse; tenía miedo al futuro y no quería lanzarme en el mundo laboral tan rápido.
En su día, ya después de haber acabado la carrera, decidí dedicarme al voluntariado y a algunos trabajos por una temporada antes de empezar el Máster porque también necesitaba entender cómo quería seguir con mis estudios.
Durante el Máster, la pandemia me arruinó muchísimos planes, ya que el mundo se bloqueó literalmente durante varios meses. Supuestamente tenía que pasar todo el segundo año de Máster en el extranjero, pero tuve que quedarme en Italia. De allí, mis ganas de seguir viajando por el mundo crecieron aún más y encontré en el Cuerpo Europeo de Solidaridad la oportunidad perfecta para empezar nuevamente a viajar, dedicarme a lo que siempre me ha gustado (o sea la labor con niños, niñas y jóvenes) y, a lo mejor, encontrar mi sitio en el mundo.
Ha sido toda una continua sorpresa, tanto en la esfera personal como en el ámbito profesional, porque por primera vez me he encontrado trabajando codo a codo con psicólogas y educadoras, que me han ayudado un montón a desarrollar ciertas capacidades y herramientas. Me he dedicado a este voluntariado con alma y corazón y, cuando pasaban los meses, me daba cuenta de que yo quería seguir trabajando en esto, quería seguir dedicándome a estas personitas y compartir con ellas todo lo que podía. Si antes no sabía que contestar a la pregunta ¿Qué quieres hacer cuando seas mayor?”, pues aquí encontré la respuesta. Y desde la asociación donde estoy a punto de acabar mi voluntariado, también han notado mi esfuerzo y dedicación, así que me han ofrecido quedarme el curso que viene, ya no como voluntaria, sino como educadora contratada.
La mía no ha sido simple suerte, porque una amiga mía también ha sido contratada, después de su CES, por la ONG en la que estuvo de voluntaria durante un año en Croacia. Espero que mi historia pueda ser de inspiración para muchos jóvenes que a lo mejor se encuentren un poco perdidos, como estaba yo hace un año. El Cuerpo Europeo de Solidaridad es una experiencia muy bonita y, dependiendo de cómo la vivas, podría ayudarte a encontrar las respuestas que estás buscando.