Todavía me cuesta creer que hace un año estuviera preparándome para embarcarme en un proyecto tan bonito como es el voluntariado europeo. La experiencia es inigualable e inexplicable, es muy difícil describir la montaña rusa de emociones que se siente, cómo es encontrar un nuevo hogar en otro país o todo lo que puedes llegar a aprender y lo que te queda por descubrir. Eslovenia me ha dado la oportunidad de empezar de cero, de encontrarme de nuevo y de crear mi propio camino, paso a paso.
Hace un año ni siquiera sabía de la existencia del Cuerpo Europeo de Solidaridad, mientras que ahora no hago más que buscar nuevos proyectos en los que embarcarme. Porque sí, después del voluntariado individual, cuando teóricamente ya se ha terminado la experiencia y sientes un extraño vacío, te das cuenta de que tienes la oportunidad de formar parte de voluntariados en equipo, pero también de dar la oportunidad a otros de conocer cómo es.
De todos los momentos que he vivido en estos meses no dudaría en volver a revivir los seminarios, “On-arrival meeting” y “Mid-term meeting”. Ahí es donde se te da la oportunidad de conocer a voluntarios que se encuentran en ese país haciendo un voluntariado individual, como tú.
Para que me entendáis, el propio proyecto te empuja a hacer amigos y créeme cuando digo que merece mucho la pena porque de ahí van a nacer los planes de finde semana, tomarse unos días libres para hacer alguna excursión… Los seminarios van más allá, y además de disfrutar también se trabaja, las sesiones suelen enfocarse en temas interesantes para el voluntario como por ejemplo el “youthpass”, otra experiencias de voluntariado, gestión de emociones, cómo movernos por el país, qué necesitamos saber si queremos quedarnos más tiempo…
Animaría a todo el mundo a hacerlo, a embarcarse en esta aventura tan completa y a disfrutarla!!