Cynthia lleva ya casi cuatro meses realizando su proyecto dentro del Cuerpo Europeo de Solidaridad en Viena, (Austria). Su organización de acogida es Grenzenlos, y su entidad Kindergruppe Butterbrot. Comenzó el 1 de octubre de 2021, y volverá a España el 31 de julio de 2022 de este año, su proyecto durará 10 meses en total.
Cynthia está haciendo su proyecto en un jardín de infancia (guardería) donde se dedica principalmente al cuidado de niños y niñas, a la lectura de libros en español y alemán, organización de diferentes juegos y de las comidas, y realización de manualidades. Además, ha tenido la oportunidad de organizar excursiones a museos, parques y teatros a pesar de la situación Covid-19.
Cynthia es una joven de 27 años que se describe como una persona bastante activa, que no puede vivir sin su té de por las mañanas, y a la que le gusta hacer deporte (en especial running y senderismo). Nos cuenta que le llena mucho viajar, conocer nuevos lugares y nuevas culturas.
Decidí hacer un voluntariado en Europa porque…
Muchos voluntarios son jóvenes que acaban de terminar el colegio y cuando les preguntas por qué decidieron participar en un voluntariado usualmente la respuesta es la misma: necesitaba un año para pensar y descubrir que me gusta.
Yo a mis 27 años decidí hacer un voluntariado también para encontrarme a mí misma, salir de mi zona de confort y tener nuevas experiencias.
Mi primera impresión de Viena…
Viena es encantadora y muy movida, siempre hay algo que hacer, arte, cine, teatro. Sinceramente estoy enamorada de esta ciudad.
Yo venía un poco predispuesta porque me habían dicho que por lo general en el centro de Europa la gente es bastante seca. Pero no puedo estar más que encantada, los vieneses han sido muy majos conmigo, me han atendido muy bien en comercios y demás, y los amigos que he hecho también son una maravilla.
El principal reto para mí está siendo…
Para mí el principal reto es aprender alemán, ya que facilita bastante el trabajo en el Kindergruppe. Pero también el clima es bastante frío y a veces echo de menos el solecito español.
Por otro lado, siento que estoy ayudando bastante con el idioma, al ser un Kindergruppe bilingüe, los niños en su mayoría hablan mayormente en alemán y poder enseñarles español es parte de mi aporte.
Además, he descubierto que soy capaz de organizarme, de tener nuevas rutinas y de comunicarme en otros idiomas.
El mejor momento durante el voluntariado hasta ahora ha sido…
Es difícil elegir un solo momento porque la verdad que la experiencia completa ha sido maravillosa. Pero el mejor momento fue el día que llegué a Vienna, me compré un Kebab, me senté en frente del Danubio y por mi mente pasaba “no puedo creer que estoy aquí”.