Me llamo Kristyna, tengo 28 años y desde enero hasta abril 2022 estoy haciendo voluntariado en Aruba, colaborando en el santuario de burros (Donkey Sanctuary Aruba).
Para mi estar aquí es un sueño, tuve la experiencia de vivir con burros en España, donde me enamoré de estos animalitos y por eso decidí buscar más oportunidades así. Para estar aquí no hace falta saber nada sobre burros. El trabajo es muy sencillo. Las principales tareas y actividades son dar de comer dos veces al día a los animales, limpiar las zonas más concurridas de caca, asegurarse que hay agua limpia y fresca, ayudar en la tienda de regalos y estar pendiente de los visitantes para informarles sobre el santuario y hacer su experiencia inolvidable. Y además siempre hay tiempo para abrazar y dar cariño a los burros.
Pero no todo es de color rosa. Como el alojamiento está ubicado en el centro del santuario, a veces pasan cosas inesperadas. Durante los primeros dos meses hemos rescatado cuatro cabras pero no todas sobrevivieron y también hemos perdido un bebé “burriko”. Hay que contar con todo cuando uno trabaja con animales.
Aparte de esto, es muy fácil enamorarse de este lugar y de la isla. Hay mucho para descubrir aquí, en mi tiempo libre puedo ir con el coche por toda la isla, nada está lejos. Y como nos visita mucha gente local también, puedo descubrir lugares menos conocidos.
Estoy muy agradecida a la organización, puedo confiar en ella como mi soporte. También quiero agradecer mi estancia aquí porque me ha ayudado a ver todo el proceso sobre cómo funciona una organización sin ánimo de lucro. Y, además, a ver que de verdad quiero empezar un nuevo capítulo de mi vida con enfoque en los burros y resto de animales que no han tenido mucha suerte en su vida.