¡Hola! Soy Eva, tengo 23 años y actualmente me encuentro realizando un voluntariado europeo en Gdynia, una ciudad al Norte de Polonia.
Gdynia se encuentra dentro de la Triciudad, o Trojmiasto en Polaco, que es un área formada por tres ciudades vecinas: Gdynia, Gdańsk y Sopot. Según sus habitantes Gdańsk es la ciudad para trabajar; Sopot, para salir de fiesta, y Gdynia para vivir. Además, según muchos polacos, hay estudios que afirman que Gdynia es la ciudad con la gente más feliz de Polonia, algo de lo que sus ciudadanos están muy orgullosos y, después de casi 4 meses viviendo aquí, puedo confirmar que es cierto. Si la visitáis nunca veréis a nadie corriendo de un lado a otro y pasear por sus playas o por el bulwar (paseo marítimo) viendo como los barcos entran en el puerto es de lo más relajante.
Llevaba bastante tiempo queriendo hacer un voluntariado y finalmente al terminar la carrera me decidí a hacer un voluntariado europeo. Me apetecía salir de mi zona de confort, conocer gente nueva y aprender acerca de sus diferentes culturas. Además, buscaba una experiencia diferente que me aportase otras habilidades que no se adquieren estudiando en el instituto o la universidad.
Realizo mi proyecto de voluntariado en el Centrum Nauki Experyment, un centro de ciencia en el que tienen una exposición para acercar la ciencia a toda la sociedad y llevan a cabo varios proyectos de divulgación y sostenibilidad local. Trabajo con el departamento de organización de talleres y eventos preparando diferentes actividades para gente de todas las edades. Principalmente me encargo de diseñar la actividad y ayudo con la parte logística durante su realización (ya que aún no hablo polaco y es complicada la explicación, pues algunas personas con las que trabajamos no hablan inglés). También estoy preparando unos guiones para los videos de divulgación científica que el centro sube en su página web y que pueden ser utilizados por escuelas y otras entidades educativas. ¡Cada día hago algo diferente!
Pero la experiencia del voluntariado no es solo ir a trabajar. En Gdynia estamos viviendo 18 voluntarios europeos que colaboramos en distintas organizaciones de la ciudad y vivimos juntos en diferentes pisos. Una vez al mes nos juntamos todos para comer la comida típica de un país de origen de los voluntarios. Estas reuniones son siempre muy especiales porque tenemos la oportunidad de conocernos mejor, aprender sobre la situación de nuestros países, compartir las experiencias ese mes, resolver posibles problemas que hayan surgido y proponer nuevas ideas y proyectos que queramos llevar a cabo durante nuestro voluntariado. ¡La comunicación es fundamental!
En estos primeros meses, el principal reto fue acostumbrarme a escuchar a mi alrededor una lengua totalmente diferente (y complicada). Después de unas cuantas clases de polaco creo que el mayor logro es poder ir al supermercado o a la panadería y hacerme entender. Además he descubierto que es posible comunicarse sin tener la misma lengua en común y que ¡soy capaz de cocinar comida típica de Polonia!
Todavía me queda más de la mitad del proyecto, pero hasta ahora, mi experiencia de voluntariado ha estado llena de buenos momentos, de nuevas experiencias de las que he podido aprender muchísimo y de un montón de gente estupenda. Muchas gracias a Europa Joven Madrid y al Centrum Współpracy Młodzieży (organización de acogida) por la buena organización.
