Hola, me llamo Jimena, tengo 22 años y llevo seis meses en un pequeño pueblo rural en el centro de Francia, Villevallier. Viniendo de una ciudad como Madrid tenía claro que quería probar algo diferente para mi voluntariado así que busque programas únicamente en medios rurales, el problema es que no quería trabajar ni con niños ni en Francia; irónicamente acabé trabajando y viviendo en una escuela interna en Francia (MFR) y no podría estar mas contenta con mi decisión.
La MFR (Maison Familiale et Rurale) tiene una pedagogía que se basa en la alternancia de semanas de clases en el centro, donde se imparten cursos y actividades teóricas y prácticas, y semanas en la empresa, en una situación profesional real. Mi trabajo en este colegio es organizar actividades para los alumnos en su tiempo libre y supervisar la vida del internado hasta que se van a dormir. En esta MFR específicamente imparten clases de ganadería, por lo que también tenía la oportunidad de acompañarlos a las excursiones a
las granjas. Otro de mis trabajos principales era organizar los programas de Erasmus+ para los alumnos de 4° de la ESO que irónicamente fue en España así que les pude acompañar a pasar una semana en Galicia, y justo en dos semanas me voy a Bélgica con otro curso que también se va de Erasmus.
Como es lógico, la adaptación de los primeros meses fue difícil, principalmente porque yo no hablaba ni pizca de francés y aquí si tienes suerte hay alguien que habla inglés pero de español nada de nada, así que google traductor se convirtió en mi mejor amigo. Siendo la única voluntaria en mi programa me resultó de mucha ayuda el seminario de acogida que organiza el CES para conocer a otros voluntarios de todas partes de Europa que, como yo, estaba justo empezando su voluntariado en Francia.
Ahora ya solo me quedan 3 meses aquí y principalmente me siento afortunada de haber podido recibir todo el aprendizaje que una experiencia así te aporta, desde aprender una nueva lengua, hasta saber moverme en transporte público por otro país y conocer y respetar culturas completamente diferentes a las mías.
De momento esto es todo lo que os cuento, eso sí, si alguien me preguntara a día de hoy si me gustaría repetir esta experiencia, diría que sí y animaría a cualquiera que se lo esté planteando en hacerlo sin ninguna duda. ¡Hay que aprovechar este tipo de oportunidades antes de que ya no estén!