Me presento soy Zacarías, un voluntario de 22 años, soy de Vallecas, Madrid y actualmente estoy en Jelšava, una pequeña localidad situada en el Sureste de Eslovaquia, cerca de la frontera con Hungría y Ucrania.
Es una localidad devastada por la pobreza y la falta de recursos, a su vez está compuesta por 3.000 habitantes, los cuales más del 70% de la población está formada por gente de etnia gitana, la cual es diferente en cada país, ya que tienen gustos y costumbres diferentes a lo que estamos acostumbrado en España.
Me considero una persona alegre, extrovertida y con muchas ganas de aprender y mejorar en todos los aspectos. En una experiencia como esta, hay cosas que son imprescindibles y que no pueden faltar, para mi serían mi alegría y sentido del humor, ya que si en ello, la experiencia sería muy diferente y no podría disfrutarla al máximo.
Me encuentro haciendo un voluntariado, ya que me encuentro en una etapa en mi vida en la que quiero viajar, descubrir mundo y conocerme mejor a mí mismo, era una oportunidad que no podía desaprovechar. En este voluntariado de larga duración formo parte de la entidad internacional YMCA, una asociación cristiana, conocida a nivel mundial, con el objetivo de fortalecer, acompañar y dar herramientas a los jóvenes.
Principalmente desarrollo labores de apoyo a mis compañeros, haciendo actividades con los niños y niñas de la ciudad, en el que se dividen en 2 grupos por edades, el primer grupo son niñ@s con una edad entre 1 año y 8 años y el segundo grupo entre 9 y 14 años. También no nos olvidamos de la gente que más necesita nuestra ayuda, un día a la semana proporcionamos alimentos a las familias. Los jueves tenemos un espacio dedicado a los jóvenes entre 14 años hasta una edad sin límite, en este espacio aprovechamos a hacer actividades que normalmente uno no puede hacer porque no tiene materiales, como puede ser jugar al ping pong, hacer manualidades, jugar a las cartas con más gente y tocar música con instrumentos.
En este proyecto tengo el poder de influir ya sea dando ideas o proponiendo cambios en alguna estructura, dándole así un soplo de aire fresco. Ahora que va a comenzar el buen tiempo en la primavera, participaremos en actividades como Gymkhana, carreras benéficas y fiestas conmemorativas que se pueden llevar a cabo en la montaña, bosque y parques.
Al estar en el extranjero hay muchos retos, muchas dificultades a las que hay que sobreponerse como el idioma, la cultura, la gente, pero para mí el reto más difícil ha sido el saber estar solo y ser independiente, ya que nunca había estado tanto tiempo lejos de mi familia, amigos y conocidos.
Vine a Eslovaquia sin saber cocinar nada y ahora me puedo valer por mi mismo sin ayuda. Aun con todo esto, lo más duro es la soledad, el sentirse solo, no sentirte querido por la gente que tienes cerca y sentirte más distante de tus amigos y familia. Al final, estás solo en un país donde nadie entiende tu idioma, donde no tienes muchos amigos y el tiempo va pasando muy lento, pero cuando acabas de encontrar la paz y la tranquilidad en esa soledad, ya no supone un reto sino una ventaja, la ventaja de no depender de nadie emocionalmente.
Con todas estas dificultades y retos, te acabas conociendo a ti mejor y descubres virtudes, las cuales si trabajas duro en ellas, las puedes pulir y ser una herramienta muy útil, para mi esa herramienta son los idiomas, conseguir aprender un idioma eslavo, algo a lo que no estoy acostumbrado, el poder comunicarte con la gente y el poder entender es algo de lo que estoy muy orgulloso.
En 12 meses de voluntariado hay muchos momentos tanto buenos como malos, los malos, te sirven para mejorar y mirar hacia atrás y sentirte más fuerte y menos vulnerables, los buenos siempre pasan muy rápidos pero lo bueno es que siempre te acordarás de ellos, mi mejor momento…. Pues sin duda el viaje que hice a Cracovia solo, una aventura que disfruté como un niño, una de las ciudades más bonitas del mundo, aprendiendo también la lección de que no necesitas a nadie para viajar y que puedes disfrutar igual que acompañado o incluso más.
Mi primera impresión al llegar a Eslovaquia, no fue la mejor, ya que desde el primer momento, no encontré mucha gente que hable inglés y es algo que me impactó, pero con el tiempo se hizo más normal. Cuando llegué a Jelšava, entré en un gran shock, tenía el sentimiento de querer irme solo con mirar los edificios (en mal estado), la ausencia de tiendas para comprar, la gente no me transmitía mucha tranquilidad, tenía el pensamiento de que quería ir a casa y no volver, pero a su vez me dije, vamos a probar la experiencia un mes, y si es imposible me vuelvo, pero tuve paciencia y pude apreciar y aprender a valorar que la gente que vive aquí, mucha es feliz, y porque yo iba a ser menos, con la energía de esta gente, su optimismo, sus ganas de enseñarme su idioma y sus costumbres, pasé una adaptación bastante más rápida de la que esperaba.
Algo que me impactó mucho fue el clima, el frío que puede llegar a hacer en el algún lugar y tener que estar en esa situación, como cuando salía de trabajar en invierno a las tres de la tarde, completamente de noche y a -20 grados. La otra que me parece llamativa, es que muchas palabras que uso en España tienen un significado bastante diferente al que es en español, por ejemplo: Teta, significa tía en eslovaco y Curva, es una palabrota que no se puede decir.
Aquí termino de contaros mi experiencia, espero que os pueda servir y motivar para salir de España y poder disfrutar de otras experiencias que normalmente no viviríamos. Os mando un abrazo muy grande y si necesitáis algo en Eslovaquia, estoy aquí.