¡Hola! Por aquí Lidia otra vez. Hace unos meses escribí un artículo contando mi experiencia y ahora, tiempo después, creo que es bonito hacer una actualización y valorar qué cosas han cambiado.
Para recapitular, estoy haciendo un voluntariado con el Cuerpo Europeo de Solidaridad en un centro juvenil en Graulhet, en el sur de Francia. Donde trabajo se llama Maison des Jeunes et de la Culture (MJC) y es un centro para jóvenes. Mi principal misión, a priori, sería la de promover la movilidad europea y participar diariamente en las actividades de los jóvenes.
Para empezar, y respecto a la misión, digamos que es un poco agridulce. Escogí este proyecto porque para mí la Unión Europea propone muchísimas diferentes acciones que son una muy buena oportunidad para los jóvenes, y me apetecía saber más sobre ello y difundirlo. Es cierto que he acudido a diferentes eventos con esta temática, pero me he dado cuenta de que los jóvenes en mi zona no están especialmente interesados en ello, lo que hace que la mayoría de veces no tengamos mucho público, independientemente de lo que organicemos, algo que es frustrante. Obviamente, en mi caso, afecta aún más el vivir en un pueblo con no demasiados habitantes.
Sin embargo, en mi trabajo siempre me han dado mucha libertad para acudir a lo que más me interese o proponer nuevas actividades, algo que agradezco mucho. Yo estudié Periodismo y, como proyecto personal dentro del CES escogí, junto a mi compañera alemana Hannah, crear un periódico para la MJC. Lo publicamos mensualmente y hablamos de todo aquello que se hace allí, nuestra experiencia y temas en los que estamos interesadas. Es mucho trabajo pero es muy gratificante ver cómo te felicitan, distribuirlo por las zonas cercanas y que sepan quién eres por él. Si tienes curiosidad, puedes leerlo también online aquí: https://www.mjcgraulhet.fr/copie-de-fablab
Respecto al idioma, he mejorado bastante. Llegué sin saber nada de francés y, no voy a mentir, ha sido difícil. Aquí generalmente la gente no habla inglés, por lo que la comunicación era a veces desesperante. Muchas veces he sido incapaz de decir todo aquello que quería por no dominar la lengua y, aunque he ido sobreviviendo, he sentido mucha presión, que en parte me ponía sobre mí misma. Ahora es mejor, entiendo la mayoría de conversaciones y me hago entender, aunque me queda un largo recorrido. He aprendido que no era tan fácil como creía y esa lección de humildad también está bien.
Y respecto a la gente que he conocido, estoy muy contenta. La relación con mi compañera es magnífica, y puedo decir que tengo bastantes amigos, aunque la mayoría son también voluntarios europeos o de otros países. De momento, los jóvenes franceses son difíciles de conocer.
Esto es todo por ahora, sigo creyendo que esta es una gran oportunidad y animo a todo el que me lea a probarlo. Eso sí, como consejo, yo iría a un país del que tuviese algunas nociones del idioma, especialmente si es un país en el que en general no hablan inglés. También, no olvidéis escoger un proyecto que de verdad os guste y os haga ilusión.
Si queréis seguir mi camino, en Instagram voy contando qué voy haciendo en esta aventura (@volontaires.graulhet). Esto es todo por ahora, à bientôt !